El libro que elegí para el maridaje de hoy fue comprado gracias a mi ignorancia, ya que al leer en su tapa Dr. Jekyll y Mr. Hyde, creí que todo el tomo era sobre ese cuento en particular de Robert Louis Stevenson. Sin embargo se trata de una muy buena edición con cuatro cuentos del autor: El club del suicidio; El diablo de la botella, Olalla y (necesariamente) El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr Hyde. En ellos se tratan cuatro de los temas principales del hombre: la muerte, la avaricia, el amor y la introspección humana. También se tocan tópicos como la amistad, la hipocresía, la locura, etcétera, pero son los nombrados anteriormente los que dominan estos cuentos. Lo ideal habría sido utilizar un vino del viejo mundo, pero preferí quedarme de este lado e ir a un vino nuestro. Debía ser tinto, ya que la oscuridad recubre a cada uno de estos cuentos, lo cual es comprensible considerando que se trata de un autor que sufría de tuberculosis desde muy joven y murió a los 44 años de un ataque cerebral. Un año antes de morir escribió: "Durante catorce años no he conocido un solo día efectivo de salud. He escrito con hemorragias, he escrito enfermo, entre estertores de tos, he escrito con la cabeza dando tumbos."
Se trata del vino Cuatro Gatos edición Oeste de Ariano. El nombre (al igual que el corte) fue elegido por el artista plástico Carlos Páez Vilaró, en honor a sus gatos Norte, Sur, Este y Oeste. Se trata de un corte de Cabernet Sauvignon y Tannat, en proporciones que quedaron en poder de los autores, en una decisión respetable pero no compartida. Los misterios son para los libros.
A enormes rasgos, El club del suicidio es un cuento que trata acerca de un grupo de hombres que quieren terminar con su vida pero no tienen la valentía para hacerlo, entonces se reúnen y a través de un proceso azaroso, se decide que un integrante deberá matar a otro. El diablo de la botella es, como su nombre lo indica, sobre una botella habitada por el diablo que concede todo tipo de deseo a quien la posea, y para no vivir una eternidad en el infierno, el dueño debe venderla antes de morir por un precio menor al que la compró. Los verdaderos inconvenientes comienzan cuando el precio es muy bajo. Olalla trata sobre una historia de amor muy oscura, extraña e incomprendida entre un soldado y una muchacha de campo, inmersa en una familia muy particular, tocada por el demonio y estigmatizada por la sociedad.
Si bien cada uno de los cuentos tiene alguna relación con el vino (establecida arbitrariamente, por supuesto), me voy a enfocar en El extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde. Trata acerca de la honesta dualidad que existe en cada uno de nosotros y la elección diaria de hacer las cosas bien o mal. No hablo de posibles errores, sino de la premeditación que existe detrás de los actos. Uno en definitiva no es lo que piensa o lo que dice que es, sino lo que hace. Las personas que día a día deciden hacer las cosas bien, aunque sea el camino más difícil, son las que vale la pena tener cerca.
¿Por qué “honesta dualidad”? porque como lo indica el autor “Pese a mis dos caras no era, en manera alguna, un hipócrita; las dos personalidades eran auténticas en mí; no era más sincero cuando ignoraba las restricciones y me llenaba de oprobio que cuando trabajaba a la luz del día, para ampliar mis conocimientos o para aliviar la miseria y el sufrimiento”. Lo bueno y lo malo forman parte de nosotros en todo momento. Lo áspero de un Tannat y lo suave de un Cabernet. Cada una de esas combinaciones nos hace únicos e inimitables.
Lo que logró el personaje fue aislar lo malo y llegar a ello sólo cuando quisiera probar lo prohibido. Como todo vicio, como toda danza con la tentación, en algún momento la razón sucumbe. Al principio Mr Hyde aparecería sólo cuando Jekyll así lo dispusiera, pero poco a poco comienza a convertirse sin premeditarlo.
Este vino es de color oscuro pero vibrante, como el manto de duda que envuelve la historia y sus personajes. Tiene desde el comienzo un gran estilo y prestancia, similares al Dr Jekyll de la historia, e invita continuamente a sumergirse en el placer de probarlo una y otra vez, dejando salir un poco el Mr Hyde de cada uno de nosotros, no obviamente en cuanto a una faceta nefasta y homicida, sino aquella más desinhibida y natural que nos acerca a lo más humano de nosotros mismos. Como diría Alberto Cortez “Sí señor... el vino puede sacar cosas que el hombre se calla; que deberían salir cuando el hombre bebe agua.”
El Cuatro Gatos edición Oeste de Ariano se presenta con una cierta acidez que lo hace intenso, a la vez que nos promete una larga vida. Ajena y opuesta a lo efímero que le esperaba a Dr Jekyll y por eso mismo fue que sucumbió ante la tentación.
Aquellos que como mencionaba al principio, en el día a día manejan a pesar de la adversidad, mantenerse en un camino noble, son quienes valen la pena. Los Mr Hyde que encontramos al menos son más honestos y sabemos que es necesario tenerlos lejos, pero los más peligrosos son los Dr Jekyll que cualquier día pueden caer o volver a caer una y otra vez. El camino más sencillo muchas veces es el que toman quienes no valen la pena. Es muy sencillo hacer un vino mediocre, pero jamás valdrá la pena ni será mencionado aquí. El Cuatro Gatos de Ariano es de lo mejor que tenemos en nuestro país, con un recorrido nada fácil, pero sí sumamente gratificante.
Salud por aquellos que toman el camino más difícil.
una pregunta:
ResponderEliminar¿que compartian mister Hyde y el doctor Jekyll?