Durante varios días pensé en cuál sería el primer post, la primera combinación. Quise empezar con algo grande, como Onetti o incluso con Shakespeare, para maridarlo con un buen vino, con una complejidad que nos exigiera como consumidores, salir impresionando de primera. Sin embargo, me convencí que lo ideal sería comenzar de a poco, primero que nada por mí, para entrar en calor antes de empezar con grandes desafíos, y además por aquellos que sean lo suficientemente piernas de seguir este blog, por si se animan a probar algo de lo que escriba.
Por eso comenzaré con un best seller liviano acompañado de un vino fresco, agradable y sencillo de tomar.
El libro al que me refiero es la novela de Dan Brown "El Código Da Vinci" (del cual comentaré lo necesario, ya que muchos lo hemos leído). Más allá de los postulados literarios de cada uno, de creer o no que es una obra "comercial", es innegable que se trata de una novela entretenida, interesante, fácil de leer y sobre todo uno de esos libros que nos pide que sigamos. En sus páginas encontramos la receta perfecta de un éxito. Hay conspiraciones, sociedades secretas, interpretación de obras de arte famosas, dudas acerca de la Biblia, críticas a la Iglesia, misterios, códigos, un personaje interesante, un policía que se transforma a lo largo de la novela, un villano insospechado, homicidios, encubrimientos, fanatismo religioso. En definitiva, todo lo que un best seller no puede, no debe dejar de tener.
El vino que acompañaría bien este libro es el New Age (Bodegas Valentín Bianchi). Es un frizzante blanco argentino hecho a base de Malvasia y Sauvingnon Blanc que debe disfrutarse frío. Es muy suave, con tonos frutados tanto en nariz como en boca y una leve efervescencia que lo hace ideal para tomar en una noche tranqui con amigos, en pareja e incluso en un pub o discoteca. Sus más de 30 gramos de azúcar lo hacen dulce y sumamente agradable. Es el tipo de vino en que un sorbo nos pide otro. Su precio y rubro pueden parecer propios de un vino poco interesante, sin embargo, si bien no cuenta con la complejidad de otros, su humilde sencillez lo hacen digno de respeto. El color es amarillo claro, presagio de su frescura. Su aroma según los entendidos refiere a flores y frutos como la pera. Sin ir más lejos, la propia página web de la bodega dice que "La copa de New Age es una refrescante macedonia de frutos maduros y flores multicolores que nos recuerdan una mañana primaveral en la campiña". Resulta muy difícil decirlo mejor.
Es una interesante opción para acercarse al mundo del vino, como también El Código Da Vinci es una opción válida para empezar a leer algo.
Hay varios puntos en común entre las opciones que elegí. Para comenzar, grandes amantes del vino o de la literatura las considerarán como herejías, pero ambas cumplen perfectamente con sus propósitos. Son ideales para la primavera y el verano (estación que cada día extrañamos más). Ambos son difíciles de dejar de lado, tomar un sorbo de New Age o leer sólo un capítulo de El Código Da Vinci y resistir la tentación de seguir sería propio de una persona con un autocontrol envidiable (en lo personal, llegué a leer varios capítulos del libro en un día, y con respecto al New Age...).
Ambas opciones tienen un sin fin de sorpresas. El New Age en boca se comporta de forma espectacular, dejándose descubrir de a poco y sin esfuerzo, hallando en cada sorbo algo nuevo. Posee también una de las presentaciones de vinos más interesantes que he visto, pero no por el frente de su etiqueta en sí. Invito a aquellos que lo prueben que miren más allá de lo que se ve para descubrir otro punto en común con El Código Da Vinci, el arte. Las sorpresas dentro del libro y los ingredientes que nombré antes son justamente parte del encanto de esta novela. A aquellos que no la hayan leído, recomiendo dejar de lado sus rebeldías y atreverse a ver.
Las dos selecciones invitan a investigar, en el caso del libro muchos hemos entrado en discusiones o investigaciones acerca del Opus Dei, la Masonería, los Templarios, etc. Incluso nació aquí una moda de novelas plagadas de conspiraciones religiosas. Con respecto al vino, permite tomar la energía y valentía suficiente para lanzarnos a una opción algo más compleja, sería bueno que en este caso también se pusiera de moda, o al menos se le diera mayor importancia y nacieran más opciones nacionales de esta categoría.
Espero que les haya gustado, en unos días seguiremos leyendo y disfrutando de algún vino para poder seguir compartiendo esta aventura y realizar más combinaciones.
Cualquier sugerencia será más que bienvenida.
Muchas gracias.
P.D.: Existe en Argentina un New Age Bloody, hecho a base de Malbec y Merlot. Ojalá no pase mucho antes que se pueda disfrutar en esta margen del Río Uruguay.
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