Bayardo San Román, un millonario forastero llegado hace poco a la ciudad, decide casarse con Ángela Vicario, pero la noche de bodas "devuelve" la novia por darse cuenta de que no era virgen. Es allí cuando Pedro y Pablo Vicario deciden matar a Santiago Nasar, luego que Ángela lo señalara como el autor de su primera vez. Según varios testimonios que se dan a lo largo de la obra, escrita justamente como una crónica, los gemelos hicieron todo lo posible para que alguien impidiera su venganza.
Es una historia de amor, desamor y amor nuevamente. Ángela Vicario se casó sin estar enamorada habiendo amado a alguien más, luego, con el correr del tiempo y ya sin él, se enamoró de San Román, buscándolo hasta el cansancio. Tal vez si hubiera hecho alguna de las trampas recomendadas por sus amigas para engañar a su reciente marido, podría haber sido felizmente la mujer de Bayardo San Román.
Es un atrevimiento hablar de méritos que pueda tener García Márquez, pero para no dejarlos pasar diré que es uno de los pocos libros capaces de atraparnos sabiendo su final desde el primer párrafo. Pero entonces podrá surgir una duda, ¿por qué continuamos ahondando en la lectura de algo cuyo desenlace conocemos?
Al igual que en el caso de un libro de Gabriel García Márquez (o cualquier autor con un estilo marcado), hay determinadas bodegas de las que ya tenemos una determinada opinión que permiten saber con qué nos vamos a enfrentar. Algunas veces nos sorprenden gratamente, otras de forma negativa y a veces nos dan exactamente lo que estábamos buscando.
En el caso del Tannat RPF 2006 de Pisano encontramos un muy buen exponente de nuestra cepa estrella con algunas sorpresas más que agradables. Pisano es una gran bodega uruguaya acostumbrada a realizar muy buenos vinos, y éste no es una excepción. Es un vino que seguimos degustando incluso luego de tomarlo, por una suave astringencia propia de sus taninos aterciopelados por el paso del tiempo. Su color oscuro e intenso es parecido, al menos en mi mente a "las ciénagas cubiertas de anémonas moradas" que se podían observar desde la casa del viudo de Xius, lugar donde San Román sufriera su mayor desilusión. Su aroma es complejo, como el de todos los tannat, pero se siente la presencia de la madera y algún aroma frutal difícil de reconocer (ciruelas maduras según la nota de cata).
Su sabor es persistente, con un gran y duradero final de boca. Queda en el recuerdo como las veces que como lectores quisimos evitar la muerte de Santiago Nasar, como el digno dolor que sintió y sobrellevó San Román, como las declaraciones de aquellos que realmente quisieron hacer algo para evitarlo, pero el destino no se los permitió. Como el obispo que se va por el río sin siquiera haber puesto pie en el puerto, como el libro que se termina con casi tantas preguntas como al principio. Como no saber si Santiago Nasar fue víctima no sólo del homicidio sino también de una mentira.
Se siente la madera en la boca, llevándonos al muelle del pueblo, o tal vez a las mesas de la tienda de Clotilde Armenta, frente a la casa de Santiago Nasar, donde quizás, con un vino de por medio, hubieran podido los gemelos Vicario pedirle explicaciones y evitar así un crimen. Pero al evitarlo, hubieran impedido la realización de Crónica de una muerte anunciada.
"El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 6:30 de la mañana". Él estaba destinado a morir, para la conciencia de la familia Vicario, para la culpa de muchos, para alivio de pocos, para generar esta historia y ahora, para ser parte de esto.
muy bien, señor dotta. Muy ilustrativo su blog.
ResponderEliminarEn el futuroestaria bueno que regalace algunas botellitas de vino a sus lectores. Digo para poder poner en practica tan extensos conceptos.
abrazo. YO.
si, es cierto, es muy ilustrativo el blog. Espero que para la próxima también se comenten algunos vinos más económicos y algún otro licor barato.
ResponderEliminarsaludos