![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVhnz6kGX2l0LrPcpM_VfhBC_0KP3KBncC_oT6IZO3bdnNR97ECm7IpbJ1v5fsMt-6uxKucq-ehHgpFX9M671YvlBqYDKpqdhHrJumvkYiOITnxj_qaoNG7ZsiPstFgrEdvI8T42gH2QJd/s320/el-senor-de-los-anillos.jpg)
Para el maridaje de hoy usaré el primer libro, llamado La Comunidad del Anillo. Tal vez muchos están pensando en la película, pero la misma no es fiel representante del libro (como casi siempre). Hay un montón de magia dentro del libro que no fue llevada a la pantalla, tal vez para no arruinarla, tal vez porque no había forma de hacerlo.
Muchos renegarán de este libro por considerarlo literatura liviana, sin embargo es tal la cantidad de referencias y simbolismos que contiene que ha sido objeto de grandes estudiosos de la literatura. La mitología nórdica y griega se entrelazan con referencias bíblicas que hacen de este libro un muy buen exponente de este tipo de literatura. Los mismos que reniegan de este libro muchas veces son fanáticos de El Principito, con gran razón ya que es un excelente libro, pero sigue siendo literatura fantástica.
La variedad que lo acompañará hoy será el Syrah (también escrita Shiraz). Si bien es difícil lograr con ella grandes vinos, cuando se consigue, como en el caso del Bianchi DOC Syrah 2006 de bodegas Valentín Bianchi se logra un muy buen exponente de esta cepa, que es la tercera en popularidad a nivel mundial luego del Cabernet Sauvignon y el Pinot Noir (entre las tintas obviamente).
Ante todo, este libro está plagado de dulzura. Con algunos ribetes ácidos durante el transcurso de la trama. J. R. R. Tolkien combinó varias mitologías para lograr esta serie de libros donde humanos, elfos, enanos y hobbits luchan contra las fuerzas del señor oscuro con el fin de salvar Tierra Media. Cada una de estas especies, con sus contrastes hacen que el grupo, La Comunidad del Anillo sea mucho más que la suma de sus integrantes.
Será tal vez la suma de lo artesanal de su cosecha manual, su fermentación clásica o su pasaje por barricas de roble tanto americanas como francesas de tostado medio que hacen de este vino tan especial. Su sabor, si bien es un vino seco tiene un toque dulzón que lo hace muy agradable. Su aroma recuerda a guindas y cerezas, las cuales seguramente serían muy bienvenidas por Frodo y Sam, los dos personajes principales y encargados de destruir el anillo.
La mayor diferencia entre este primer libro y la película sea la ausencia en esta última de un personaje lleno de magia llamado Tom Bombandil. Él no sólo controla los bosques que lo rodean sino que además no es afectado por la malicia del anillo. Este invita a los cuatro hobbits que comienzan la travesía y los hace sentir cómodos y confiados. Cuando este vino llega a la boca y se despliega de forma impactante, con un toque claro de roble y sabores complejos pero dulces nos hace sentir relajados, sabiendo que en ese momento estaremos bien. Su pasaje es duradero y nos genera una sensación de bienestar que merece otro sorbo, con taninos que se sienten pero están muy aterciopelados y con una leve acidez que lo hace muy fresco para ser un tinto.
Su color es muy oscuro como las noches que albergaron a los aventureros de este libro o las que nos permitirán a nosotros disfrutar alguno de los dos elementos. Oscuro como las intenciones del creador de un único anillo para controlar a todos, especialmente a los hombres y su codicia. Pero intenso como la valentía de un pequeño personaje decidido a terminar con esta historia y traer la paz definitiva a Tierra Media.
Este verano que se viene por estos lados invita a llevar adelante este maridaje. Por más que este Syrah sea un vino tinto, es un vino con gran frescura y que merece ser disfrutado al atardecer. Puede acompañar un asado si queremos un vino de buen cuerpo pero que no tenga la aspereza de un Tannat. El libro es casi obligatorio en las maletas que se arman para las vacaciones, junto con algún libro liviano y otro más profundo. Si nunca fue leído merece serlo, y si lo fue seguramente se descubra algo nuevo o se vea un paisaje o una sensación de forma diferente.
Mientras lo tomamos seguimos descubriendo sus secretos, al igual que en el libro, cuando vamos hallando las diferentes aristas de los personajes y los inmensos paisajes llenos de vida pero frágiles, a merced de la voluntad de quienes los habitan. Los misterios del anillo y su simbología se van dejando ver a lo largo de las páginas, si bien en algún momento puede parecer complejo deja paso a una experiencia completa.
Si bien todos los libros se desarrollan según nuestra imaginación, creo que es en este caso donde más sucede. Los personajes fantásticos e increíbles saltan de página en página trayéndonos a la memoria antiguos cuentos que hemos leído, referencias mitológicas y hasta bíblicas. El Syrah DOC 2006 de Bianchi trae a la memoria momentos buenos y divertidos. Amores y poesías, canciones y dulzura. El fondo ahumado y especiado de su aroma nos lleva no sólo a las cenas en La Comarca, hogar de los hobbits, sino a comidas caseras de nuestra infancia y las vastas llanuras de Tierra Media. Los aromas de El Pony Pisador o las casas de los maravillosos y puros elfos.
Creo que no es suficiente lo que pueda escribir para dar una leve idea de cualquiera de los dos elementos de este maridaje. El libro como lo he dicho es tan rico que no pudo ser reflejado del todo en una película con un presupuesto multimillonario. Este vino es tan complejo pero a la misma vez tan sincero que merece probarlo cien veces, sabiendo que cada vez nos otorgará un nuevo secreto. Por ello mismo, al igual que siempre pero más que nunca invito a disfrutar ambos.
Como siempre, una pluma exquisita...
ResponderEliminarPablito, siguiendo en el contexto del libro, sos como Gandalf y los fuegos artificiales en la fiesta de despida de Bilbo!!!! Sorprendiéndonos cada vez que sale un maridaje nuevo. Seguí así!!
ResponderEliminarLa primera vez que probé el vino fue en un restaurant que quedaba en la calle Zorrilla y que se llamaba Marenostrum (cocina mediterranea por si no la agarraste). En ese momento me parció algo único, una delicia, (tomé dos y no me acuerdo el nombre) como todas esas buenas cosas que uno descubre sin querer. Ahora, me pasó algo muy extraño. Nunca más encontré un vino Syrah como ese. Y he probado varios pero no como aquel. Será cuestión de probar el del señor Bianchi y ver si vuelvo a estar sentado a la mesa de Marenostrum.
ResponderEliminarP.D. no leí ni el libro ni vi la película.
La primera vez que probé el vino fue en un restaurant que quedaba en la calle Zorrilla y que se llamaba Marenostrum (cocina mediterranea por si no la agarraste). En ese momento me parció algo único, una delicia, (tomé dos y no me acuerdo el nombre) como todas esas buenas cosas que uno descubre sin querer. Ahora, me pasó algo muy extraño. Nunca más encontré un vino Syrah como ese. Y he probado varios pero no como aquel. Será cuestión de probar el del señor Bianchi y ver si vuelvo a estar sentado a la mesa de Marenostrum.
ResponderEliminarP.D. no leí ni el libro ni vi la película.